Reflections: A Year of Planting Seeds and Learning / Reflexiones: Un Año de Siembras y Aprendizajes

2024 was a year of achievements and learning, but above all, it was a year for planting seeds. Every project, every idea, every step I took felt like planting a seed, hoping it would one day sprout and flourish. However, the year didn’t end as I had envisioned.

Looking back, I find myself filled with a mix of emotions: pride in what we accomplished, yes, but also frustration. We always want to see the fruits of our labor quickly, and the reality is that many of those seeds have yet to show any signs of growth. I ended the year feeling a bit confused, tired, and with that hollow feeling of waiting for results that still haven’t come.

The challenge of looking toward the future
Refocusing hasn’t been easy. Looking back at those goals we set at the beginning of the journey—those that remain pending—requires patience and faith. And it’s not always easy to have faith when things don’t happen as quickly as you’d hoped.

But I understand that every great dream needs time, consistent effort, and perseverance. This process has not only tested me as a designer and entrepreneur but also as a mother, a leader, and a human being. Part of this journey isn’t just about doing but about reflecting, rethinking, and questioning myself constantly. And I believe it’s precisely in those moments of doubt that we find the keys to move forward and improve.

Lessons from planting
This year taught me something fundamental: it’s not just about harvesting but about trusting the process. Every seed planted takes its time, and the fact that I haven’t seen immediate results doesn’t mean the work was in vain. On the contrary, every step, every decision, and every effort is a piece being placed in the right spot for a future we can’t yet see.

Moreover, 2024 brought wonderful blessings. We had beautiful collaborations, spectacular windows of opportunity opened, and in every step of the journey, there were moments that reminded me it’s all worth it.

A heart full of gratitude
After all the steps I’ve taken, there is one feeling that rises above all the others: gratitude. Despite the doubts, the waiting, and the challenges, I am profoundly grateful to God and the universe for every opportunity, every lesson, every tear, and every triumph.

Today, I close this year with gratitude in my heart. I am thankful for the doors that opened, for the people who believed in me, for the moments that taught me to be stronger, and for the opportunities yet to come. With this gratitude, I want to keep walking, cherishing every blessing and trusting that the future holds the best.

To everyone who has been with me on this journey: thank you. Thank you for being part of this dream, for believing in my vision, and for giving me the strength to move forward.

With faith, patience, and gratitude, we keep planting seeds.

El 2024 fue un año de logros y aprendizajes, pero, más que nada, fue un año para sembrar. Cada proyecto, cada idea, cada paso que di fue como plantar una semilla con la esperanza de que algún día germine y florezca. Sin embargo, cerrar el año no fue como lo imaginaba.


Al mirar atrás, me encontré con un cúmulo de emociones: orgullo por lo que logramos, sí, pero también un poco de frustración. Uno siempre quiere ver el fruto de su esfuerzo rápidamente, y la realidad es que muchas de esas semillas aún no han mostrado señales de vida. Terminé el año un poco confundida, cansada, y con ese vacío que deja la espera de resultados que todavía no se ven.

El desafío de mirar hacia el futuro
Reenfocarme no ha sido fácil. Volver a mirar esas metas que trazamos al inicio del camino, esas que aún están pendientes, requiere paciencia y fe. Y no siempre es fácil tener fe cuando las cosas no se dan en el tiempo que uno esperaba.

Pero entiendo que todo gran sueño necesita tiempo, trabajo constante y perseverancia. Este proceso no solo ha sido una prueba como diseñadora y empresaria, sino también como mamá, como líder y como ser humano. Hay una parte de este camino que no se trata solo de hacer, sino de reflexionar, replantear y cuestionarme constantemente. Y creo que es precisamente en esos momentos de duda donde encontramos las claves para seguir adelante y mejorar.

Lecciones de siembra
Este año me enseñó algo fundamental: no se trata solo de cosechar, sino de aprender a confiar en el proceso. Cada semilla sembrada lleva su tiempo, y el hecho de no ver resultados inmediatos no significa que el trabajo haya sido en vano. Al contrario, cada paso, cada decisión y cada esfuerzo es una pieza que se está colocando en el lugar correcto para un futuro que aún no alcanzamos a ver.

Además, el 2024 también trajo grandes bendiciones. Tuvimos alianzas lindísimas, se abrieron ventanas de oportunidades espectaculares, y en cada paso del camino hubo momentos que me recordaron que todo vale la pena.

Un corazón lleno de agradecimiento
Después de todo el camino recorrido, hay un sentimiento que prevalece sobre todos los demás: agradecimiento. A pesar de las dudas, la espera y los retos, agradezco profundamente a Dios y al universo cada oportunidad, cada aprendizaje, cada lágrima, y cada logro.

Hoy cierro este año con gratitud en mi corazón. Agradezco las puertas que se abrieron, las personas que creyeron en mí, los momentos que me enseñaron a ser más fuerte, y las oportunidades que están por venir. Con ese agradecimiento quiero seguir caminando, valorando cada bendición y confiando en que el futuro traerá lo mejor.

A cada uno de ustedes que ha estado conmigo en este camino: gracias. Gracias por ser parte de este sueño, por creer en mi visión y por darme la fuerza para seguir adelante.

Con fe, paciencia y gratitud, seguimos sembrando.
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